¡Bien pueda hágale¡ salga a recorrer Antioquia parcera, me dice Erica, mientras me sonríe blanca de emoción mostrándome sus pueblos bonitos.
-Vos podés ir a Santa Fe de Antioquia, San Pedro de los Milagros, Guatapé, Jardín o Jericó…. así que esta vez nos vamos para Jericó...

La cuna de la Madre Laura
Y en menos de un suspiro Jericó me recibe rodeado de montañas verdes altas y arriba en la corona misma en La colina de la hermosa América, el Cristo rey de brazos abiertos bendiciendo la llegada.
Desde el otro lado la santa Laura Montoya, todavía enseña, todavía escribe, emite halos de amor para los indígenas, la mujer de los milagros reposa aquí su cuna y sus recuerdos en su casa Museo. Se aplauden y cuchichean sus obras y entonces se deja de paso todas las responsabilidades en sus manos.

El sostenido repiqueo de las campanas desde 1851 acompañan las caminadas de misioneros, sacerdotes, hermanas de la fé, ilustres y la figura recia de Ramón Nicolás Cadavid González, que ideó el progreso de Jericó, el Señor cura como lo llamaban, anduvo con la cruz en una mano y con el quehacer en le otra. Procuró durante su estancia iluminar el pueblo, asentó la planta eléctrica y en medio del contento y la admiración, dispuso a su paso el Banco de Jericó, y con gran jolgorio celebró el nacimiento de compañías de tejidos, gaseosas, ruanas.

Reverentes en su fé se presentan con el corazón abierto los jericuanos, en los días santos, verdaderas multitudes recorren las callecillas coloridas y risueñas; los feligreses van haciendo plegarias y entonando el canto al altísimo. Llenos despiden desde los balcones los silencios de la fé y entre rezos de noche, las esperanzas se renuevan. El espíritu se cubre de virtudes.

Más de quince capillas conjugan aleluyas sobre la tierra que se erige sentada en un banco de abundancia y profundo olor a Cardamomo pitito de nada, picante y potente metida en todos los dulces. Oro y plata aquí también muestran su rostro, y son arrancados con caprichoso apremio.
En el parque todavía hay encuentros que envolatan, como antaño, encuentros de amigos, reuniones notables y asuntos principales como la elección del rey Carlos 1, en aquel 21 de julio de 1910, en medio de la expectativa paciente de la gente las urnas cantaron victoria a favor de Carlos Nicolás Goméz, proclamado “ Carlos I, Rey de los feos “, resuelto acto de envalentados jericoanos dio respuesta y punto final a la pérdida de Jericó como capital del departamento de Antioquia.

Y vea pue, por aquí también anda el emblemático carriel, se distingue colgado en alguna entrada de tienda. De piel de animal sin pelar (con pelo) era dicen, con correas amarillas, verdes o rojas pendían del lado izquierdo del hombre paisa, aquí iba la peinilla, agujas, clavos de herrar, el mechón de pelo de la novia, cartas, dados para entretenerse…

Desde acá desde la Tierra Prometida, Mesa de Dios, La Atenas del Suroeste, Reino de carriel los ojos se posan en Marsella, Santa Bárbara el municipio y en la noche en las mismas luces de Medellín puestas en el cielo.
