En Cajabamba una Chinalinda sacude súbitamente su par de alas, y el olor a Capulí despierta los bolsillos de la memoria cuando ojos de choloque se fusionan con el paisaje bajito, dejando a propósito abierta a plenitud el cielo, el azul eterno desenfrenado abraza todo el firmamento y cada quién subiendo, sacando la cabeza, alzando los ojos y bajándoles por entre los meandros que se entierran y aparecen por el vientre de las colinas y por burujos blancos heterogéneos.
Buenavista, la ventana al cielo… en Quindío -Colombia
En Buenavista municipio de Quindío en Colombia el asombro queda chico, con delicada minucia los ojos recorren cada pedacito verde y se pierden entre el cafetal, la cercanía humana del encuentro y el tinto de la tarde. Este fue uno de mis mejores destinos de viaje, en él he encontrado a flor de piel la … Leer más